Mantenga el foie gras libre de la política de Nueva York

Las discusiones sobre la ética de un manjar antiguo deberían tener lugar alrededor de una mesa de comedor, no en la arena política.

Las discusiones sobre foie gras pertenecen únicamente a la mesa.

A medida que la temporada tonta llega a su fin, tenemos un participante tardío para su noticia más tonta: una disputa entre el gobernador de Nueva York y el alcalde de la ciudad de Nueva York por (espérenlo) el lujoso hígado de ganso y pato. Kathy Hochul y Eric Adams, que difieren en temas de genuina importancia, como la vivienda de los inmigrantes, están chocando por el foie gras, el delicioso alimento básico de los restaurantes de lujo.

La cuestión es si la ciudad tiene la autoridad para detener su venta. El alcalde Adams está dispuesto a imponer una prohibición, promulgada en 2019 por su predecesor, Bill de Blasio, como parte de una serie de medidas en favor de los derechos de los animales. Se suponía que entraría en vigor a finales del año pasado, pero el Estado lo bloqueó, citando una ley que prohíbe a los centros urbanos dictar lo que los agricultores pueden producir y vender. (Dos granjas del norte del estado ya habían demandado a la ciudad por los mismos motivos).